Es uno de los más grandes de Europa, es un laberinto mágico de calles estrechas, plazas encantadoras y monumentos icónicos. Alberga joyas como la majestuosa Catedral con su Giralda, el colorido barrio de Santa Cruz y el Real Alcázar, un palacio de ensueño. Un paseo por sus rincones revela siglos de historia, cultura andaluza y la vibrante esencia sevillana.
Icónico campanario de la Catedral de Sevilla y símbolo de la ciudad. Originalmente erigida como alminar de la mezquita almohade en el siglo XII, fusiona la arquitectura islámica con añadidos renacentistas, como su campanario coronado por el Giraldillo, una figura que representa la fe.
La más grande de estilo gótico del mundo, es un monumento de impresionante majestuosidad y riqueza histórica. Construida en el siglo XV sobre la antigua mezquita almohade, alberga la tumba de Cristóbal Colón y destaca por su fastuosa Capilla Mayor y su imponente Retablo.
En corazón histórico y pintoresco de Sevilla, famoso por sus callejuelas empedradas, casas encaladas y patios floridos. Antiguo barrio judío en la época medieval, rezuma encanto con rincones como la Plaza de Santa Cruz, el Callejón del Agua y la Plaza de Doña Elvira. Su atmósfera íntima y laberíntica, salpicada de naranjos y aromas a jazmín, invita a perderse y descubrir leyendas, arte y la esencia sevillana.
Oficialmente llamado Puente de Isabel II, es uno de los símbolos más reconocibles de Sevilla. Construido en 1852, es el puente de hierro más antiguo conservado en España, inspirado en la arquitectura industrial del siglo XIX. Une el animado barrio de Triana con el centro histórico, cruzando el río Guadalquivir con elegancia y solidez.